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¿Tienes una entrevista remota de trabajo y tienes miedo de cometer errores que pongan en riesgo tu contratación? ¡Tranquilo! Es una sensación normal, que se puede contrarrestar con mucha preparación. Además, te será de mucha ayuda esta guía con diez errores que deberías evitar cuando te enfrentes a tu posible futuro empleador. ¡A tomar nota!
La misma lógica que aplicas para una entrevista presencial debes seguir para una de tipo remoto. La puntualidad dice mucho de cómo eres para un trabajo. Por ello, procura tener todo listo al menos quince minutos antes del horario pautado. Recuerda que el tiempo de las otras personas es valioso, por lo que hay que respetarlo.
Si bien no puedes saber a ciencia cierta que se te preguntará en la entrevista, debes asegurarte de tener una serie de conceptos clave bien incorporados. Datos como la remuneración que pretendes, qué esperas del puesto y qué podrías aportarle a la empresa son algunos elementos que debes responder a la brevedad.
Por más que hayas tenido una mala experiencia en algún empleo anterior, no es correcto que hables mal de tus ex empleadores o ex compañeros de trabajo. Si te lo preguntan, puedes simplemente comentar que no resultó o contar los motivos, sin que ello implique descalificación alguna.
Una muestra de respeto es que escuches todo lo que se te dice o se te pregunta en la entrevista. No puedes estar desconcentrado con otras actividades, por más que la entrevista sea remota. Por esto, pon tu celular en silencio y desactiva notificaciones en tu ordenador personal, para que tu atención esté focalizada cien por ciento en la entrevista.
Si bien es muy interesante que la entrevista se desenvuelva como un feedback, en donde claramente puedes hacer preguntas, el límite se encuentra en las cuestiones personales. No creas que te verás más amigable al realizarle preguntas sobre su vida al entrevistador; enfoca en cuestiones puramente laborales, y no peques de confianzudo.
Cada minuto de entrevista es oro puro y te acerca (o te aleja) de un futuro puesto de trabajo. Entonces, no lo desperdicies hablando de tu vida privada y contando detalles demasiados íntimos, salvo que se te pregunte algo específico sobre ti. No obstante, si sientes que ello no tiene nada que ver con el empleo, se lo puedes plantear al entrevistador de manera respetuosa.
Este error puede sonar contradictorio, pero es que se trata justamente de encontrar el equilibrio. No temas sacar a relucir tus mejores aptitudes para el puesto que se está buscando, pero ten cuidado de sonar arrogante o subirte a la posición del “lo sé todo”, pues a nadie le agrada tener ese tipo de compañero. Lo más productivo será que seas concreto y conciso sobre lo que puedes aportar a la empresa.
Primero debes escuchar todas las preguntas y seguir el hilo de la conversación acerca de lo que se espera sobre la persona que cubrirá el puesto vacante. De hecho, si el entrevistador no lo propone como un punto de la entrevista, sería conveniente que esperes a avanzar una etapa más en la selección.
Muchos entrevistadores y empleadores suelen buscar a los posibles futuros empleados en las redes sociales. Si bien tu red social es un espacio privado tuyo, y ninguna opinión debería ser usada en tu contra (a menos que sea grave y poco grata) debes cuidar lo que compartes, especialmente aquello que dices sobre tus anteriores empleos.
Por último, debes asegurarte de conocer lo más que puedas sobre la empresa que te entrevista. Ello implica conocer sus objetivos y su marca personal, para saber, en última instancia, cómo podrías hacer tu trabajo en caso de quedar contratado. Una respuesta del estilo “no conozco muy bien a la compañía” podría eliminar tus posibilidades de inmediato.
La preparación y la seguridad son elementos fundamentales para tener una adecuada entrevista remota de trabajo. No asumas que por ser virtual, tiene menos importancia que una presencial. Recuerda que es tu carta de presentación más valiosa, por lo que esmérate. ¡Éxitos en tu próxima entrevista!
