A raíz de la pandemia, muchas empresas han tenido que virar, obligadamente, hacia el home-office. Debido a esta situación, se ha escuchado y leído constantemente que el trabajo remoto es más estresante, que las personas son menos productivas y hasta que no es conveniente. Sin embargo, es necesario destacar que este viraje repentino, en donde debemos permanecer en nuestros hogares sin poder salir por restricciones estatales, y donde no puedes elegir desde dónde y cuándo hacer tu trabajo, poco se parece al trabajo remoto.
La imposibilidad de hacer otras tareas, de tener momentos de ocio al aire libre, poder salir y socializar con amigos y familiares, hicieron que la modalidad virtual se imponga, pero que tiene marcadas diferencias con el teletrabajo. Los invitamos a leer el por qué.
Una de las diferencias sustanciales por lo que el home office forzado al que han debido adaptarse miles de trabajadores en el mundo no es trabajo remoto, es la elección del sitio para trabajar. Un remoto lo hace desde su casa, en un espacio de co-working, una librería vistosa y hasta en una plaza; pero lo elige él mismo.
Actualmente, y por el confinamiento obligatorio, es imposible elegir: solo queda la casa, en la oficina improvisada que hayan podido crear. Esto genera estrés y desgano, ya que se pasan muchas horas en el hogar para hacer todas y cada una de las actividades, lo cual ciertamente no sucede con el teletrabajador en general.
Los empleados remotos están preparados para hacer homeoffice de la manera correcta, ya que para ellos es un estilo de vida. Cuentan con una buena silla ergonómica y un espacio de trabajo definido dentro del hogar. Asimismo tienen auriculares, por lo general bluetooth, una buena conexión wifi, limites definidos con la familia y hasta un fondo apto para videollamadas. Todo esto ayuda a crear un buen ambiente para poder sentirse a gusto desempeñando las tareas laborales.
Otra de las quejas que se han escuchado de quienes están haciendo home office obligado, es que trabajan más horas que cuando lo hacían de manera presencial. ¿Por qué les sucede esto?
Pueden ser muchos los factores: la improvisación por parte de las empresas, inexperiencia en el ámbito virtual, la picardía de algunas que aprovechan la situación… sumado a las tareas del hogar, cuidado de los hijos y tantos otros menesteres de la vida en cuarentena. Todo esto, se transforma en un combo explosivo, que lleva a rechazar el home-office.
La mejor manera de solucionar esto es gestionando los horarios de comunicación con compañeros de trabajo, reemplazar las largas (y a veces excesivas) videollamadas por mails o mensajes cortos, y tener bien determinados los objetivos y los plazos para el trabajo a realizar. Evitar la hiperconexión y las distracciones es importante a la hora de ser más productivo y reducir el nivel de estrés generado por el trabajo.
También es útil que puedan seguir los ejemplos y experiencias de trabajadores y empresas que hace tiempo vienen haciendo esto, y que tienen mucho para decir acerca de las buenas practicas para trabajar a distancia.
Por lo general las empresas remotas trabajan con objetivos, esto quiere decir que los horarios los maneja cada uno y es así como no se exceden de las horas estipuladas.
Es normal sentirse ansioso o con niveles de angustia por la situación que estamos atravesando, pero cuidar la salud mental es lo primordial en estos momentos. Esto deben entenderlo tantos las empresas como sus trabajadores, ya que de nada sirve tener decenas de empleados totalmente abrumados por el trabajo en un contexto que de por sí es muy estresante. Amoldarse a la modalidad virtual lleva tiempo y está bien que así sea; solo de esa manera se lograrán los objetivos propuestos, nunca por medio de la presión y la exigencia de excelencia.
En tiempos como los actuales, que requieren de una solidaridad y una tranquilidad que a veces parece imposible de conseguir, es necesario entender realmente de qué va el trabajo remoto. Será un proceso de prueba y error, en el que seguramente muchas compañías entenderán el valor del trabajo remoto como nuevo paradigma y cuando todo pase, podrán apostar a estas nuevas estrategias, valorando sus beneficios.